domingo, 8 de abril de 2012

...del arte en El Salvador...

Inicios de la plástica en El Salvador.


La historia de la plástica en El Salvador se remonta a unos 10,000 años atrás en la "Cueva del Espiritu Santo". 
La Cueva del Espíritu Santo está ubicada en el pueblo de Corinto, departamento de Morazán. Es un abrigo rocoso que contiene pinturas rupestres.
Cerca de la entrada se encuentran unos bloques de roca, que posiblemente formaban parte del techo de la cueva, la cual fue más grande en la antigüedad.
Las pinturas rupestres tienen motivos de personas, parejas de gente que van de la mano, gente con penachos y plumas en sus cabezas, pájaros, serpientes, y la impresión en negativo y positivo de manos de personas.

El estilo de las pinturas de Corinto se parece mucho al del paleolítico sudamericano. Algunas de las figuras son de gran tamaño, y otras no más grandes que la palma de una mano, se encuentran a veces a varios metros de altura. En su gran mayoría son representaciones humanas, algunas de ellas llevan grandes penachos en la cabeza. También se encuentran manos dibujadas casi siempre de adultos, probablemente masculinos. Existen escasas representaciones de animales esencialmente de aves y dos figuras serpentinas. También algunas figuras que podrían representar unas plantas. La mayoría de representaciones son pintadas en rojo. Algunas están pintadas en amarillo o negro, otras están grabadas y unas pocas combinan las dos técnicas: grabado y pintura. Los colorantes utilizados son probablemente de origen mineral: ocres rojos y amarillos, o vegetal: madera carbonizada para el color negro.

Ya, en la epoca 'moderna'sus inicios hasta establecerse en lo que hoy conocemos como la plástica nacional.

Se considera que la pintura comenzó con el autor Francisco Wenceslao Cisneros. En esa época era un tiempo de diferentes fenómenos, como terremotos o de cáracter social como el neoliberalismo. Juan Cisneros (como el padre de Francisco) participó en una reunión presidida por José Matias Delgado en la que se firmó un acta protestando contra de la anexión de Centroamérica al Imperio Mexicano. De todos esos sucesos, este pintor se mueva a Francia , con diferentes sufrimientos que ha tenido en la vida y su porvenir
 es necesrio remontarnos y repasar un poco la vida de el primer artista plástico salvadoreño a la vez conocermos la vida y obra de algunos de los mas destacados artistas plásticos nacionales.

Juan Francisco Wenceslao Cisneros


Wenceslao Cisneros 1823-1878.


Juan Francisco Wenceslao Cisneros fue un pintor y litógrafo salvadoreño, nacido en San Salvador el 4 de octubre de 1823 y que fallece el 12 de Junio de 1878 en La Habana, su padre fue el señor Juan Nepomuceno Cisneros, el cual se desempeñaba como contador del gobierno salvadoreño, y su madre era la señora Dominga Guerrero.
A los 19 años de edad, Cisneros formaría parte del séquito de un diplomático sudamericano, el cual representaría a El Salvador como Ministro Plenipotenciario en París, el cual, al conocer el gran talento que este poseía para la pintura, le propone formar parte de la Delegación, y este diplomático le patrocinaría los estudios de Pintura.
Llegaría a París después de un largo y penoso viaje, en un tiempo en que los realistas estaban en un claro apogeo en la Ciudad Luz, allí se asentaría en el Barrio Latino; en sus estudios, se especializaría en el arte de la litografía, la cual estaba de moda en aquel tiempo, logrando un gran éxito, volviéndose uno de los mejores especialistas en este arte, despues pudo continuar sus estudios por cuenta propia en Roma y Florencia.
 

 
De retorno ya de Europa, decide establecerse en Cuba, en ese entonces colonia española, ya reconocido como un excelente pintor, litógrafo y dibujante, asumirá la dirección de la prestigiosa Academia de Bellas Artes San Alejandro, el recomienda desde un inicio a sus alumnos pintar a partir de modelos en vivo, rechazando cualquier idelismo de la figura humana.
En Cuba, aparte de su labor como Director, realizara ciertas pinturas al óleo, retratos, dibujos y caricaturas en los periódicos de La Habana, también se haría socio honorario de los mas prestigiosos círculos literarios.
El 12 de Junio de 1878 fallecería en La Habana, a los 54 años, sin poder regresar nunca más a su país de origen, habiendo legado un recuerdo imborrable en el desarrollo de las artes plásticas cubanas.
Su obra sera escasa y poco conocida en El Salvador, muchas de sus obras se perdieron con el incendio del primer Palacio Nacional de El Salvador el 19 de Noviembre de 1889, de las obra que se conservan se encuentra el retrato de su amigo el Dr. Manuel Gallardo, la mayoría de las obras se encuentran en colecciones privadas de diferentes países, incluido El Salvador.




 Roberto Huezo.
A veces es imposible separar al hombre del artista. Es el caso de Roberto Huezo. Su obra mantiene con su vida una relación simbiótica. En los tiempos de guerra de su país, El Salvador, Huezo fue un ardiente defensor de los derechos humanos y de la libertad y batalló junto a los jesuitas y a organismos internacionales a fin de que se dejara sentir la voz de los pobres, de los marginados y de los humillados por un sistema que les exprime y suelta el bagazo como se hace con cualquier objeto desechable.
Entonces produjo Huezo unos dibujos apasionados y enérgicos, desgarradores, sobre la impotencia del ser humano frente a la barbarie y la violencia cuando esta proviene de las instituciones que se suponen han de cuidar y salvaguardar la vida de sus súbditos. Hombres y mujeres desnudos, abandonados al destino de las metralletas y de los látigos, a la sórdida tenacidad de los verdugos.
Pero esos tiempos se disiparon y El Salvador recuperó su marcha, como un pueblo que vence sobre el  infortunio creado por sus propios gobernantes. Y en los tiempos de paz, Roberto Huezo tiende una flor de esperanza, incuba los huevos de la germinación simbólica y los hace levitar en un espacio abierto y libre. Son tiempos de sembrar, de cultivar de volver la vista hacia la sorprendente y sorprendida vegetación subtropical de esta tierra de lagos y volcanes. El también detiene su mirada en el cuerpo de una mujer o en un poblado que se alza en la ladera de algún valle y su corazón entonces se regocija con el del campesino, con el obrero que ve que su hijo alcanza la educación soñada.
La pintura de Roberto Huezo es siempre una huella, un andar, un recorrido del ojo silencioso y anhelante, minucioso, acucioso o intemperante o impaciente ante el dolor y el grito de su pueblo. Así la pintura de Roberto Huezo contiene las vibraciones del momento en que las produce y están marcadas por el mito. Solo una mano entrenada y un espíritu sabio y hondo hacen posible estas pinturas.

Análisis de su obra..

Via Crucis en la capilla de la UCA.

Dibujos en Capilla UCA.


Estos dibujos del pintor Roberto Huezo fueron inspirados en el dolor y el sufrimiento del pueblo salvadoreño. Los años previos a la agudización militar del conflicto, se caracterizan por la aparición de cuerpos asesinados, torturados y masacrados en casi cualquier lugar de El Salvador. Setenta y cinco mil muertos son el saldo de esta violencia. Y la tragedia aún prosigue…
Los cuadros expresan el dolor que el pueblo ha cargado, como inmensa cruz, camino de su liberación. Catorce cuadros: Vía Crucis de todo El Salvador sufriente. Catorce cuadros en espera sostenida de un décimo quinto: el de la Resurrección de este pueblo, cuadro anhelado donde el rojo de la sangre se transforme en el bellísimo rojo que difunde el sol sobre las nubes al anunciar la aurora…
La presencia de estas crudas expresiones artísticas, violentas y desnudas, impresionan y, a veces, sorprenden a visitantes que critican su presencia en la capilla.

 

 

 

 

 

 

 

 

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