domingo, 8 de abril de 2012

Antonio Bonilla.

Antonio Bonilla (pintor salvadoreño)
Irónico, tímido, provocador, burlón, solitario, noctámbulo, realista y soñador. Antonio Bonilla es el más notorio ejemplo nacional del hombre que se resiste a envejecer, del salvaje ilustrado que se niega en redondo a civilizarse. Apodado el maestro del “feísmo”.
Se formó en la exigencia de la vida diaria, en el apremio de las bibliotecas y libros sueltos, en la irrenunciable disciplina y el estudio de algunos pintores como Carreño, Velásquez, Goya, entre otros tantos que han ironizando su tiempo y han profundizando en el perfil psicológico de su época. Su temática es variada y su inconfundible personalidad está presente en sus obras acentuando en lo grotesco, lo tenebroso, lo absurdo de la vida cotidiana.
Bonilla es ubicado por los críticos del arte dentro de las corrientes del impresionismo y el surrealismo, con una figuración muy particular porque mezcla los dos géneros. Presenta una inclinación por crear como Goya, Picasso, Kandinsky, todos con un denominador en común: la destrucción de la forma clásica. Sus cánones de belleza, poco tradicionales; podemos encontrar en sus cuadros mujeres gordas, cuerpos humanos con rostro de cerdo, figuraciones clásicas, figuraciones simbólicas que se convierten en hilos conductores que expresan sus propias virtudes, antojos y caprichos, que dependen del estado de ánimo del autor o la interpretación del público que tenga la oportunidad de ver sus obras.
No se trata de una simple ficción, sino de una realidad pictórica, pues de una forma u otra es su manera de juzgar burlonamente a la sociedad. Sus obras son irónicas y recurrentes; en ellas predomina y se impone la violencia social, la violencia política, lo erótico y la vida nocturna enfocada en el bajo mundo, de donde retrata gente secuestrada, mujeres maltratadas y la violencia entre pandillas.

Es un artista dotado de una fuerte imaginación, nunca trabaja con ideas preconcebidas, pues de antemano reconoce la finalidad de su trabajo. Al hacerlo sabe que las figuras tienen que reflejar y testimoniar ese “algo” que aqueja y perturba a los auténticos creadores. Por eso también en sus figuras grotescas está la belleza, no necesariamente referida al objeto, sino que la representación plástica. De esta forma supera el arte lo feo sin eludirlo y todos sus cuadros están impregnados de un sentido de ironía.
Para Bonilla la gente confunde la belleza y la fealdad en el arte y esas son categorías estéticas, por lo que no se considera como el maestro del “feísmo” en El Salvador. Sin embargo, no niega que la fealdad está presente en sus obras. Su pintura se caracteriza por usar colores fuertes, muchas veces los aplica casi como salen del tubo, ahí se puede ver reflejado todo el colorido del trópico, a veces combina los colores fríos con los cálidos buscando una armonía y otras veces apostando a los contrastes para señalar o evidenciar un área determinada en su obra. Recordando a Klee, Bonilla es feliz con el color, con la divagación, la luz y la libertad de creación.
La mayoría de sus obras se encuentran en México y en colecciones privadas en Estados Unidos y Europa. Bonilla ha expuesto con pintores de la talla de Joan Miró, Rufino Tamayo, Francisco Toledo y José Luís Cuevas, entre otros. En síntesis, Antonio Bonilla ha recorrido un largo camino, estudiando, investigando, analizando los clásicos, aprendiendo de los mayores, observando lo contemporáneo, para plasmar su propia realidad en todas las esferas de la vida.
Es un pintor de incidencia y ruptura, desenfadado y que propugna por una obra superior, cambiante, uniendo partes hasta llegar al conjunto. Su visión es sencillamente maravillos, reflexiva, abundante en contrates pero concreta, real e inmediata.

Análisis de su obra.

Mural "Momentos de Emancipación".


Mural 'Momentos de Emancipación' museo MUNA.



Este es un mural 'narrativo' (por decilo de alguna forma) de la historia de El Salvador através de escenas, escenas que nos remontan a los tiempos de la conquista, pasando por el llamado "primer grito de independencia" hasta situaciones un tanto mas 'actuales'.
Un mural en el cual Antonio Bonilla sigue siendo fiel a su ya caracteristico estilo estético. En este mural se observan diferentes escenas representativas, ya sea del folklorenacional (como lo es la representacón de la 'danza del tigre y el venado'. Así también aspectos de la conquista, de como nuestro pueblo fue sometido al yugo español siendo despojados de nuestras tierras, violando a nuestras mujeres etc. Tambiém se describen situaciones que marcaron el rumbo del país como es el caso del conflicto armado del que desprenden los asesinatos de los jesuitas así como el de Mons. Romero.
 En  mi punto de vista Bonilla trata de plasmar eventos que si bien has sido desagradables forman parte de nuestra historia como paísy para recordar que son eventos que no deberian volver a ocurrir y a la vez es una forma de exaltar algunos puntos que como sociedad hemos ido perdiendoy que deberiamos retomar y eso lo representa en las escenas donde se representa el folklore propio de nuestra tierra. Es una forma de decir "hey, sea como sea esto somos".

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